David
McClelland (20 Mayo, 1917 – 27 Marzo, 1998) en 1961 estableció que la
motivación de un individuo puede deberse a la búsqueda de satisfacción de tres
necesidades dominantes: la necesidad de logro, de poder y de afiliación.
Para
él, la necesidad de logro es el deseo de sobresalir, de triunfar o de alcanzar
un nivel de excelencia. Está relacionada
con la persistencia, la cantidad y la calidad en solución de problemas.
Los
sujetos con alta motivación de logro persisten más que los que tienen baja motivación,
incluso cuando experimentan fracasos, que interpretan como debido a la falta de
esfuerzo.
Está
relacionada también con la tendencia a completar las tareas interrumpidas.
Algunos
consejos para alcanzar la motivación de logro en niños son los siguientes:
En la primera infancia (hasta los 4 años),
funcionarán cosas como:
-
Premios e incentivos de tipo material, relacionados con la tarea
requerida. (Éstos no deben exceder en demasía en valor ni en número de veces
que se utilizan). Un niño que va bien en Educación Infantil no debe ser
recompensado con una bicicleta. El premio es desproporcionado.
- Alabar con gestos y palabras las actitudes positivas que
queremos conseguir.
- Las amenazas incumplidas perjudican más que otra cosa. Es
preferible amenazar menos con castigos y cuando se haga cumplirlos a rajatabla.
- El castigo ha de ser proporcional, como regla general, a
la falta cometida, y ha de hacerse lo suficientemente cercano en el tiempo para
que el niño/a sea consciente.
En la segunda
infancia (de 5 a 8 años), podremos motivar a los niños de la siguiente forma:
- Los premios de tipo material deben ser esporádicos e ir
aumentando paulatinamente los alabos, muestras de alegría y demás actitudes que
dejen ver al niño que la tarea en sí misma tiene finalidad. Aquí deja de tener
sentido regalar una bicicleta a un alumno si aprueba 3º de Primaria, pues
corremos el riesgo de que se valore el fin más que los medios, que este caso
son lo importante.
- El niño/a tiene que ir aprendiendo que estudiar y hacerlo
bien es bueno para sí.
- En estas edades se comienza a ver la diferencia entre
alumnos/as que tienen una base adecuada para alcanzar una motivación de logro y
los que no.